La Filosofía Cristiano-Humanista que nos orienta, deriva en los siguientes principios:

LA RELACIÓN CON DIOS Y EL PRÓJIMO: Que posibilite en el educando una vida plena por su estrecha relación con el Creador y la sana convivencia con sus hermanos en Cristo.

PERTINENCIA: Integra necesidades, problemas, intereses de los estudiantes con la realidad  personal, colectiva y laboral a la que diariamente se enfrentan. Con esto se trata de recrear saberes, seleccionar contenidos y construir bases teóricas consecuentes con un proceso de aprendizaje pertinente y permanente.

AUTODESARROLLO: Permite al estudiante el autodesarrollo constructivista de quien convive de acuerdo con sus normas, a la vez que recrea cada vez nuevos saberes que lo califiquen para desempeñarse con eficacia en el mercado laboral y profesional al que tendrá que enfrentarse.

PARTICIPACIÓN: Permite un aprendizaje significativo y duradero, mediante la participación de todos sus miembros en la programación, ejecución y seguimiento de todos los procesos, actividades, normas y demás situaciones de la Institución. En este ente la Comunidad Educativa será la encargada de aportar las ideas en su propio beneficio y el de sus derechos.

RESPETO: Como derecho consagrado por la Constitución en la Institución Educativa todo miembro de la comunidad será tenido en cuenta y se velará porque los demás le tributen el respeto merecido sin distinciones de raza, credo religioso, afiliación política u opción de vida.

COMUNICACIÓN: Toda persona de la comunidad, en especial dentro de la Institución puede hacer uso del derecho de expresión siempre y cuando lo que diga, escriba o quiera comunicar esté basado en la verdad y en los parámetros de la claridad, la oportunidad, la honestidad y la buena intención.

TOLERANCIA: Hay que respetar la diferencia de personas en lo físico, lo intelectual y lo emocional. Para que haya un clima de armonía y respeto en la Institución, la opinión de los demás, por más equivocada que parezca será considerada y dialogada.

FLEXIBILIDAD: Este nos ayuda a hacer de las normas una herramienta ágil, moldeable, no definitiva, ni rígida, para que los miembros de esta comunidad educativa manejen una relación duradera y estable.